También es cierto que me he
encontrado con cierta resistencia inicial en algunos grupos de alumnos que sin haber recibido ni una sola clase protestaban por incluir este tipo de
actividades en clase de Educación Física. A mi modo de ver estas quejas tienen
que ver más con la vergüenza que tienen algunos alumnos a ciertas edades que
con las actividades en sí mismas. De hecho en los primeros cursos de la ESO no
suele haber estos problemas sino que aparecen más en 3º / 4º ESO y en 1º
Bachillerato.
Para evitar estas reticencias
iniciales, diseñé una unidad didáctica, que llevo a la práctica en 2º/3º ESO, a la
que llamé “Iniciación al ritmo” y en
la que poco a poco los alumnos van aprendiendo a seguir un ritmo con
movimientos corporales. Su reticencia inicial suele ser “yo no voy a bailar”
así que las primeras actividades de la unidad didáctica las hago sin música y
sin utilizar nada parecido a un paso de baile.
SESIÓN 1
Como “calentamiento” suelo
utilizar el juego de las sillas con alguna canción muy conocida o de moda con la
letra en inglés. El objetivo es que se vayan acostumbrando a que esté sonando
música en clase y que los más reticentes empiecen a soltarse un poco.
A partir de aquí, los primeros ejercicios son
con percusiones (golpeando una pica
contra el suelo para marcar el ritmo, por ejemplo) que van marcando un ritmo
más o menos rápido/complejo y que los alumnos han de seguir caminando a
mayor/menor velocidad adaptando sus pasos al mismo.
Como realmente lo más atractivo de estas clases para ellos es estar
en una clase en la que se escucha música, rápidamente pasamos a ejercicios
en los que suena una canción.
En mi caso utilizo como primera
canción “We will rock you“ del grupo
“Queen”. Antes de comenzar les digo que van a escuchar la canción con el ritmo
más sencillo que se ha escrito en la historia de la música y que lo único que
les pido es que escuchen los primeros segundos e intenten identificar el ritmo.
Esto crea bastante expectación entre ellos porque no tienen ni idea de que
canción va a sonar y cuando escuchan los primeros sonidos puedes ver sus caras
de alegría porque todo el mundo escuchó esta canción alguna vez e identifican
la estructura de la misma fácilmente.
A partir de aquí les digo que voy
a poner de nuevo la canción y que deben pensar alguna manera de seguir el ritmo
con movimientos corporales pero sin
desplazarse del sitio en el que se encuentran. Normalmente utilizan las
palmadas para seguirlo aunque siempre hay alguien más creativo.
El siguiente ejercicio
consistiría ya en seguir el ritmo con movimientos corporales pero desplazándose hacia delante por el gimnasio.
No les indico como tienen que seguirlo, cada uno tienen que pensar que
movimientos puede realizar para desplazarse de forma que se ajusten al ritmo.
Después de un par de intentos veo
que alumno encontró la solución más original y que más se adapte al ritmo y
propongo a toda la clase seguir el ritmo de esa forma. En caso de que nadie
fuese capaz de crear una secuencia de movimientos que se ajuste al ritmo (a
veces pasa) les propongo que lo sigan con una secuencia simple de “paso, paso,
salto”, primero desplazándose hacia delante y luego hacia atrás.
Una vez superada esta fase
inicial, que realmente es muy sencilla para todo el alumnado, pasamos a una
nueva canción con un ritmo un poco más complejo que nos dé un poco más de
“juego” para introducir movimientos corporales.
Al impartir mis clases en un
centro plurilingüe y ser estas íntegramente en inglés, lo ideal es utilizar
otra canción conocida o de moda escrita en este idioma aunque a mí a este nivel
me da muy buenos resultados utilizar “Pueblos del mundo extinguíos” de “Siniestro total”. A medida que pasan los años
menos alumnos la conocen pero a estas alturas ya los tengo tan concentrados en
la tarea y pasándoselo tan bien que la canción que se escoja no es tan
importante.
Con esta nueva canción sigo los
mismos pasos que con la anterior pero tienen ya muchas más dificultades para
pensar una forma de seguir el ritmo. Después de dejarles pensar un rato les
indico una forma para poder seguir el ritmo todos al mismo tiempo y que no es
otra que distintas combinaciones de la “V” que se utiliza como paso en el
Aerobic.
Comenzamos con la “V” hacia
delante, luego hacia atrás, una adelante y otra atrás y si el grupo es bueno y
asimilan estos pasos finalizamos la clase con la “V cruzada” (o “V borracha”).
SESIÓN 2
Como calentamiento de la segunda
sesión realizamos un recordatorio de los pasos aprendidos en la primera tanto
con “We will rock you” como con “Pueblos del mundo extinguíos”
introduciendo en esta última la “V cruzada” si no se había hecho en la primera
clase.
A partir de aquí les explico en
la pizarra del gimnasio como está estructurado el ritmo de la música de aerobic
y hacemos un par de ejercicios prácticos con una grabación en la que solo se
escucha la base rítmica durante cuatro bloques (sin sonar ninguna canción) para
comprobar que todo el mundo entendió la estructura.
Una vez que tengo claro que está
todo comprendido ya estamos preparados para ir llenando las frases y los
bloques con distintos pasos básicos empezando por la "marcha" y continuando por
los pasos en “V” que ya dominan con soltura.
En pocos minutos tienen todo
asimilado y ya estamos preparados para dejar que continúe la grabación, en la
que ya comienza una canción en el 5º bloque.
Es muy simpático ver como la
mayoría de los alumnos pierden el ritmo en cuanto empieza la canción, a pesar
del ritmo lento, porque se distraen escuchando algún instrumento concreto o
cantando la letra de la canción (que por supuesto es en inglés J).
Después de un par de intentos
consiguen centrarse en la base rítmica y ya podemos seguir la canción al
completo sin problema antes de finalizar la clase.
SESIÓN 3
Esta tercera sesión comienza
utilizando de nuevo como calentamiento los ejercicios empleados en la segunda
con la grabación en la que solo se escucha la base rítmica.
Avanzamos rápidamente a la
grabación con la canción y después de un pequeño repaso de lo ya aprendido
vamos avanzando en la sesión con la
introducción de nuevos pasos y con
el aumento progresivo de la complejidad en
las combinaciones de pasos.
Hacia el final de la sesión les
explico como van a transcurrir las siguientes sesiones y en que va a consistir
el examen práctico de la unidad
didáctica de ritmo.
Les pido que se vayan organizando
en pequeños grupos (máximo 6 personas) y que escojan libremente una canción
escrita en inglés (que deben traer grabada para la siguiente clase) con la que
van a preparar una coreografía que servirá para evaluarlos. Les pido también
que todos los miembros del grupo se hagan con una copia de la letra de la
canción.
Pueden escoger libremente tato la
canción como los pasos para seguir el ritmo, lo único que les pido es que la
canción no sea de aerobic y que
tenga una duración mínima de 3 minutos.
SESIÓN 4 y sucesivas
Durante las siguientes clases los
alumnos se distribuyen en grupos por los distintos espacios disponibles cada
uno con un aparato reproductor y la canción escogida, alejándose lo máximo
posible los unos de los otros para que las canciones no se “mezclen” unas con
otras. Les insisto mucho en que todos los grupos pongan sus canciones a un
volumen bajo porque de otra forma el gimnasio se convertiría en una locura.
Después de varios años con este sistema os puedo asegurar que siempre conseguí
que todos los grupos practicasen sin problema.
Mi labor durante estas sesiones
es la de asesorarlos en como pueden organizar la coreografía, pasos que podrían
utilizar, etc. En algún caso les recomiendo que cambien de canción por tener un
ritmo muy rápido o muy complejo.
Además de seguir el ritmo les
insisto mucho en que en el examen voy a valorar también la expresividad en los movimientos puesto que esta unidad didáctica
está dentro del bloque de expresión corporal.
Al tener todos los alumnos una
copia de la letra de la canción en inglés no tardan mucho en sabérsela de
memoria y en empezar a cantarla al
mismo tiempo que hacen la coreografía (no considero necesario obligarles a
hacerlo), lo que me permite trabajar con ellos la pronunciación y el
vocabulario que desconocen.
Cuando todos los grupos tienen
encarrilada ya la coreografía fijamos la fecha del examen, en el que cada grupo
representará la coreografía delante de sus compañeros.
Durante el tiempo que falte hasta
la fecha del examen habilito un espacio en el gimnasio durante los recreos que
tengo libres para que los grupos puedan ir a practicar. Es absolutamente
increíble la respuesta de los alumnos pues acuden de forma masiva a ensayar
durante los recreos.
Una actividad a la que al principio algunos eran reticentes se
convierte en pocas sesiones en su unidad didáctica favorita.
Si nos sobra alguna sesión antes
del fin del trimestre, escogemos entre todos la coreografía que más nos gusta y
los alumnos que la crearon se la enseñan a toda la clase (al profesor incluido)
para interpretarla todos en grupo.
Después de esta “iniciación al ritmo” tengo el camino
despejado para volver a tratar este tipo de contenidos en cursos superiores sin
que los alumnos muestren reticencias.
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