lunes, 9 de noviembre de 2015

El uso de las nuevas tecnologías en el aula

 
Creo que todos estaremos de acuerdo en que la introducción de las nuevas tecnologías en el aula ha incrementado considerablemente los recursos didácticos de los que puede disponer un profesor durante sus clases.

Aún recuerdo los penosos dibujos de esqueletos y cuerpos humanos que hacía en la pizarra cuando empecé a trabajar porque el instituto no disponía de ningún recurso visual para poder enseñar los huesos y los músculos (no teníamos ni posters).

El primer día que pude proyectar en el aula un esqueleto no me lo podía creer, pensaba que mis clases habían mejorado un 200% al evitar a los alumnos tener que descifrar mis dibujos en la pizarra. Además, las imágenes captaban su atención enormemente con lo que conseguía que estuviesen más atentos a la explicación sin realizar ningún esfuerzo por mi parte.

La llegada de internet al aula fue ya lo máximo, las posibilidades de utilización de recursos didácticos se multiplicaban casi hasta el infinito (siempre y cuando no fallase la conexión :) ) y este avance me parece especialmente relevante cuando estamos enseñando una lengua extranjera. 

Hasta aquí supongo que todos de acuerdo pero me gustaría llamar la atención en este artículo del mal uso que puede llegar a hacerse de estas nuevas tecnologías y de cómo pueden perjudicar al proceso de aprendizaje.

Las nuevas tecnologías deben ser “un medio” al servicio del proceso de aprendizaje y no se puede convertir su utilización en el aula en “un fin”.

No se trata de utilizar las nuevas tecnologías a toda costa, ni de utilizar el último y más moderno recurso disponible, ni de utilizar absolutamente todas las herramientas que ofrecen los programas informáticos, ni de hacer las presentaciones más impresionantes posibles utilizando efectos especiales al estilo Hollywood.

De lo que se trata es de seleccionar cuidadosamente los recursos que vamos a utilizar asegurándonos de que serán una ayuda para que el alumno pueda entender/asimilar con mayor facilidad los contenidos y que además consigan captar su atención hacia los aspectos más importantes de la explicación.

Cómo alumno he asistido a clases en las que mis profesores hacían auténticas exhibiciones de su dominio de la tecnología y de los programas informáticos que no eran más que eso, exhibiciones del uso de nuevas tecnologías, pero que debido a su escasez de contenido didáctico no pasaban de ser meros espectáculos que desviaban continuamente la atención de lo que se estaba intentando enseñar.

Cada vez que elaboro una presentación o una actividad en la que vaya a utilizar las nuevas tecnologías la examino con lupa para asegurarme de que los recursos utilizados potencian el mensaje que quiero transmitir y no distraen al alumno del objetivo de la sesión.

Desgraciadamente he llegado a ver (y a padecer como alumno) como se utilizan las nuevas tecnologías en el aula sin plantearse ni siquiera objetivos didácticos por parte del profesor. Es muy triste ver como se transforma un potente recurso didáctico en una mera distracción que mantiene atareado y en silencio al alumnado.

Evidentemente utilizar todos estos medios sin plantearse objetivos didácticos no conduce a ninguna parte pero la culpa no es de las nuevas tecnologías sino del mal uso que se hace de ellas.

Me gustaría terminar dejando claro que me declaro un gran “fan” del uso de las nuevas tecnologías en el aula (especialmente desde que comencé a impartir las clases en una lengua extranjera) y considero que desde que empecé a utilizarlas mis clases aumentaron su calidad enormemente consiguiendo mucho mejores resultados en el aprendizaje de mis alumnos.



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